El pasado 7 de julio la revista digital Razón Pública celebró sus
4 años de existencia. Es difícil determinar los eventos democráticos más
importantes en la historia reciente de Colombia desde la aprobación de la constitución
de 1991, pero sin duda, la aparición de Razón Pública es uno de ellos.
Hace 4 años me encontré con la sorpresa de que existía un espacio
en el que podía leer a los académicos colombianos que más admiro discutiendo
los temas nacionales. Sus análisis permitían claridad donde otros medios
planteaban confusión. No sólo esto me pareció algo extraordinario, sino que me
concienció sobre el impacto que esto tendría en la prensa escrita, como en la
democracia.
Más voces, más análisis, más opinión son necesarios en una
sociedad que pretenda ser democrática, y afortunadamente este espacio, con toda
su evolución, ha permitido la participación y aparición de personas que tienen
y forman criterio, elevando el nivel y profundidad del discurso. Recuperando si
se quiere, la pasión nacional por la prensa ilustrada.
Muchos de los colaboradores
de Razón pública son académicos o personas con niveles altos de educación,
otros son expertos con una reputada experiencia profesional. En todo caso, ellos
representan esa otra versión de los hechos de la vida nacional, en la cual hay alternativas.
Saben que hay causas y consecuencias de nuestros problemas nacionales, pero
mejor aun, saben que estos pueden entenderse, pensarse, modificarse y disolverse
en provecho del país.
En últimas, Razón pública nos ha mostrado que hay personas que
entienden lo que se nos ha vendido como inentendible en Colombia. Y más aun, de
plantear caminos que están lejos de los caminos que tradicionalmente se han
utilizado en Colombia para resolver conflictos. Razón pública le ha dado a la
democracia Colombiana la voz de decenas de personas con criterio, conocimiento
y liderazgo en su campo de interés, y que por muchos años han sido ignorados en
los escenarios de opinión.
Por este motivo, creo yo que por más que ningún otro, en 4 años de
existencia, esta revista se ha convertido en un referente de consulta, opinión,
y quizá lo más importante, competencia sana a una prensa nacional que en buena
parte se debe a los intereses de los grandes grupos económicos de la nación, y
que desafortunadamente responde más a la necesidad de su supervivencia que a su
propósito inicial de informar.
La revista poco a poco ha venido flexibilizándose y evolucionando,
abandonando la a veces acartonada argumentación intelectual, para adaptarse al
espectro de las personas que sin ser académicas desean saber en serio lo que
pasa en el país. De esta manera, en su cumpleaños, Razón pública presenta
impresionantes resultados en las redes sociales y los medios de libre difusión:
21.989 seguidores en Twiter, 11.630 seguidores en Facebook, y 105.253
reproducciones de videos en Youtube.