lunes, 15 de diciembre de 2008

¿Es posible un medio de comunicación independiente y veraz?

Recientemente presencié la película “Good Night and Good Luck” (2005), en la cual se recrea la disputa entre un respetuoso periodista norteamericano Edward R. Munrrow, y el famoso y controvertido senador Joseph R. MacCarthy, conocido por su persecución acérrima a los comunistas durante los eventos de la guerra fría. Este frenético período sería conocido más tarde como el MacCarthismo. Recordemos que a raíz de esta enconada persecución a los que se presumía tenían vínculos soviéticos, se creó el clima perfecto para que un dramaturgo como Artur Miller escribiera la obra “The Crucible”, que nos llegó a nosotros como “Las brujas de Salem”. Se acuñó entonces la frase “cacería de brujas”, que no es más que una persecución fanática, febril e infundada a las personas que estorban los intereses de algunos, imputándoles un tipo de creencia o comportamiento socialmente nocivo.

Si bien Munrrow logra denunciar, y hasta cierto punto detener, los abusos del senador McCarthy, labor por la que además fue honrado, esto no lo eximiría del costo que tendría que pagar por tratar de ser un periodista independiente. Según la película, el programa de Munrrow pierde pautas publicitarias, y un traslado de la franja que llamaríamos hoy horario triple A, para el fin de semana el domingo en la noche. Claramente aparece el poder de la pauta para censurar o autocensurar a los periodistas.

Hernando Gómez Buendía en artículo reciente, afirmó que según la encuesta de Medios, la casa El Tiempo domina el 55% del mercado en periódicos, y el 15% en revistas. Y su aliado Caracol, dominaría el 40% de la audiencia. El otro grupo fuerte es el de la revista Semana con un 30% del mercado de revistas. Según el columnista, la garantía para el no abuso de la prensa es la ausencia de estos monopolios. ¿Pero es acaso posible la no presencia de monopolios en este tipo de medios? ¿Y qué tanto se puede resistir un periódico a tal presión?

Yo comparto la opinión de Gómez Buendía en cuanto a que los abusos son más propios de entidades monopólicas. Sin embargo, en el caso de los medios de comunicación, más que el monopolio en sí de una casa editorial, me preocupa el monopolio del monopolio. Es decir, el poder que tengan un determinado número de pautantes en los ingresos de cualquier medio de comunicación. Necesariamente, este estará amarrado a no tocar los intereses que proveen su supervivencia, llegando a situaciones como las que la CBS le hizo a Munrrow.

Desde esta perspectiva, no es exagerado pensar que por lo menos más de un 60% de los ingresos de un diario provengan de las pautas publicitarias, mientras que una mínima parte provenga de lo que clientes y suscriptores pagan. Esto entre otras cosas, es lo que permite que el precio de un periódico comprado en la calle sea relativamente barato, y que publicaciones como Vivir en el Poblado y Gente de Laureles se distribuya de manera gratuita. Ahora, a más lectores, más pautantes, y mientras más pautantes, más empresas competirán por espacios privilegiados dentro de la publicación, lo que elevaría el precio de la pauta, a un valor que sólo las empresas con gran capacidad económica podrían pagar. Asi progresivamente, se aumentaría cada vez más la brecha entre lo que proviene de pauta, y lo que proviene de ventas directas. En otras palabras, la dinámica misma del sistema tiende a que un diario con gran circulación, sea un diario que tiende a ser monopolizado por ciertos pautantes.

La anterior afirmación puede tener sus atenuantes si en una nación existen muchos y muy diversos grupos económicos que puedan pagar el valor de estas pautas. Más aun si estos diaros tienen una circulación mundial o hay alguna regulación para lo que puede pautar cada empresa o grupo económico. Pero en economías como la colombiana, el proceso de monopolización de las pautas, y por ende el del contenido editorial, podría ser el comportamiento más factible.

La sabiduría convencional le concede a los lectores la búsqueda de la información independiente y veraz. Y hay que entender que la pauta persigue al lector y no al contrario. En síntesis, aunque un monopolio busque cooptar a un periódico, en teoría, sólo la independencia de este es lo que permitiría que continúe siendo leído. ¿Serán los directores de los periódicos capaces de soportar estas tensiones que se oponen en esencia?

A lo mejor sí, a lo mejor no. Quizá la misma tensión es fruto de que los periódicos se dedican a vender algo que está por fuera de su razón principal que es vender información veraz, independiente y oportuna, y han optado por explotar una fuente publicitaria donde el mismo proceso de monopolización los vuelve ricos.

2 comentarios:

  1. Hola sebas, el tema de la prensa, es un tema bastante amplio y de mucho que hablar; más aún en nuestro país. Tu análisis ante los argumentos citados se puede tomar como acertado; sin embargo pienso que existen muchos más argumentos para encontrar una respuesta a tu pregunta y más aún si nos referimos a Colombia.

    Primero pienso que un periodico hoy en día sin la pauta publicitaria no sobreviviría, como toda empresa, a no ser que fuera del estado. Los mayores ingresos de los medios de comunicación siempre van a provenir de los ingresos publicitarios, por tanto estos no pueden ser eliminados. En la mayoría de Europa circulan, varios periodicos gratuitos, que aunque no tienen información privilegiada, ni de primera clase, cumplen con informar a la sociedad de ciertos acontecimientos. De igual manera, estos incentivan tanto la lectura, como la busqueda de nueva información (bien sea en internet o comprando prensa especializada). Dado lo anterior creo que la publicidad es necesaria ya que de manera indirecta permite conectar los diferentes canales de información.

    En lo referente al caso de la prensa Colombiana, Sebas desde que estoy por estos lados, he escuchado diferentes personas de varias partes del mundo y he visto diferentes documentales en relación con nuestra situación, los cuales me hacen creer o plantear una nueva versión de aquella problemática que llaman "libertad de prensa" y que resumo en los siguientes apartes.

    1. Todos sabemos que en el mundo por lo primero que nos identifican es por Narcos o por las FARC o por PARAS. Pero nos hemos puesto ha pensar por qué? Bueno resulta que en este país la respuesta que la mayoría de personas me ha dado es que lo único que muestra la televisión es eso. Días después esas personas luego de conocerme y saber que todos no somos así les da por buscar en internet que es Colombia y allí encuentran todas nuestras cualidades, competencias, riquezas, culturas, etc. y lo primero que me dicen es: La prensa Colombiana muestra solo lo malo de Colombia.

    2. Luego veo algunos documentales (que en Colombia están prohibidos) de periodistas que se hacen llamar Colombianos. Y veo como estos documentales se enfocan como toda la izquierda Colombiana (vale la pena aclarar que no pertenezco a ningún partido y que lo que critico de la izquierda es que nunca le han mostrado al país los planes y estrategias que tienen para nuestro desarrollo, solo fundamentan su política en criticar y dañar al otro), solo en hablar mal de una sola persona del país (Uribe) y mostrar al resto como unos angeles (Farc y políticos corruptos). Otros documentales más donde hablan y hablan de los diferentes grupos armados, siempre mostrando al otro grupo como los salvadores. En definitiva Sebas pienso que la prensa Colombiana tambien, al igual que la política, tambien esta corrompida y su interés es mostrar los malo del país para desincentivar la inversión y el desarrollo de nuestro país y de esa manera esos políticos y periodistas poder seguir incrementando sus miseras (en comparación con las mundiales) fortunas a costa de la miseria de la sociedad Colombiana.

    3. Seguir con la versión del periodista, en Colombia no hay libertad de prensa.

    La verdad sebas es que realmente no se cual sea la verdad, pero después de mirar que la mayoría de políticos son comunicadores sociales, que la mayoría de documentales que publican los periodistas terminan siendo propaganda política, creo que me inclino por pensar que tambien son corruptos como toda la rama política de nuestro país.

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  2. Carlos, creo que en nuestro periodismo nacional confluyen asuntos estructurales, de intereses, y de la poca formación de muchos periodistas del gremio. No sabría cuál pesa más de los tres.

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