domingo, 15 de mayo de 2011

Las Universidades con Ánimo de Lucro

Como alternativa para ampliar la cobertura en educación superior, el gobierno propone la entrada de las universidades con ánimo de lucro. Para algunos, estas ya operan en Colombia, y bajo el manto de fundaciones y cooperativas, hábilmente camuflan la repartición de utilidades. Lo que yo he encontrado, es un tipo de universidad que a primera vista podría asemejársele a lo que conocemos, pero que en esencia es un fenómeno distinto, que al menos en los Estados Unidos ha crecido a una tasa del 8.4% anual en los últimos años, mientras que las universidades públicas y privadas sin ánimo de lucro lo han hecho al 1.4%.

Para entender estas universidades hay que considerar un aspecto básico: son negocios que venden la educación como un servicio, a unos estudiantes clientes. Por lo tanto, se han especializado en atender la demanda de grupos que por diferentes circunstancias no han podido acceder a las universidades tradicionales: estudiantes trabajadores, mayores de 25 años, afroamericanos, hispanos y mujeres. La promesa al empresario es el trabajador que necesita, y al estudiante las habilidades que el mercado busca. En otras palabras, una garantía de empleo futuro que se respalda en una estrecha relación con el sector privado: un 59% de los estudiantes reciben subsidios de matrícula de las empresas que los emplean.

Estas universidades no son las más caras ni las más baratas. En un 85% se financian con matrículas de carreras que tienen una promesa de retorno rápido. Y si bien no reciben dineros públicos directamente, las matrículas que pagan sus estudiantes dependen en gran medida de los créditos que logran de instituciones gubernamentales. Son propiedad de grandes grupos económicos, los cuales rentablemente cotizan en bolsa sus empresas-universidades, dada la naturaleza contra cíclica de esta industria: en períodos de crisis, muchas personas buscan la educación como una forma de ser más competitivos en el mercado.

No ofrecen en su mayoría programas de humanidades, ni artes. No hacen investigación, ni pagan el mantenimiento de extensos campus con estadios, piscinas, jardines y museos. La mayoría de sus profesores son de cátedra, y se quedan muy poco tiempo, otros son gente que trabaja en la industria. Sus currículos son estandarizados, de modo que el tutor no pierda el tiempo preparando clase. Son los abanderados de la educación on line, pues después de pagar el diseño inicial del curso, el costo es prácticamente cero, y es la forma más efectiva de personalizar un producto masivo. Las tasas de graduación son más bien bajas, de modo que la Universidad de Phoenix (500.000 estudiantes), sólo alcanza una tasa del 16%. Sobre la calidad del modelo hay resultados encontrados. En buena medida esta evaluación depende de lo que se considere que es una educación de calidad.

En síntesis esta puede ser una descripción muy general del modelo que propone el gobierno. Un modelo que promete un gana-gana entre empresarios, gobierno y estudiantes, pero que depende de un fuerte componente regulatorio, y de una sociedad que defina qué es una educación con calidad ¿Es sólo aquella que garantiza empleo?

1 comentario:

  1. Hola Sebas.
    Me parece excelente la forma como explicas el qué de las universidades con Ánimo de Lucro.
    Te anexo un link, el cual considero que aporta lo que dices en tu artículo:

    http://www.udea.edu.co/portal/page/portal/BibliotecaPortal/DetalleNoticia?p_id=69559969&p_siteid=37

    Saludos.

    Marco A.

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